El Centro para Emprendedores comparte historias de puertorriqueños que apostaron a lo positivo de esta crisis mundial para emprender o impulsar sus negocios a nivel virtual
San Juan, PR- Sin duda alguna el 2020 ha representado para muchos puertorriqueños (as) un giro de 180 grados en cuanto a los planes y metas que tenían contemplados. Hubo quien tuvo la fortuna de mantener sus empleos y estilo de vida, sin embargo esa no fue la historia para muchos boricuas. Esa nueva realidad quedó evidenciada con el aumento de personas buscando información y capacitación para desarrollar un negocio a nivel local.
“De 823 personas que atendimos en el 2019, este año con todo y cuarentena tuvimos un aumento de un 26%, para un total de 1,044 personas que fueron parte de alguno de nuestros programas. El enfoque a nivel de servicios fue capacitar y brindarle las herramientas necesarias a las personas que querían emprender, pero también queríamos asegurarnos que el empresario establecido puediera hacer la transición al mundo virtual, de modo que, mantuviera su negocio a flote y a su vez pudiera impulsar el aspecto de ventas y mercadeo”, señaló Nerma Albertorio Barnés, directora ejecutiva del Centro para Emprendedores (CPE).
Una de estas historias fue la de Anette Ruiz, fundadora de COMUNICArte, una agencia de capacitación y consultoría en temas de comunicación efectiva. La joven estaba iniciando su negocio justo cuando comenzó la pandemia por lo que tuvo que adaptarlo al mundo virtual. Según comentó, “lograr emprender de forma virtual fue un gran reto, pero tuve la satisfacción de que personas adquirieran el servicio y que se sintieran complacidas con el producto. Así que luego de pasar por esta experiencia, le recomiendo al que quiera emprender que busque información y se eduque porque hay muchas herramientas y organizaciones dispuestas a ayudarlos en este proceso, que identifiquen un mentor y que vean los retos como experiencias de aprendizaje”.
Por su parte, Jorge Montalvo, fundador de Patria Tours, quien en medio de la pandemia tuvo que rediseñar los servicios que ofrecía que eran principalmente de manera presencial, para crear experiencias turísticas virtuales dirigidas a estudiantes de distintos niveles académicos. “Mi experiencia es en turismo, no en desarrollo de negocios, así que habían muchos aspectos que podía mejorar y gracias a las herramientas e información que recibí por el personal del CPE pude diseñar un modelo de negocios que fuera viable en medio de esta situación”, manifestó Montalvo.
Para Marjorie Andino, quien lleva desde el 2015 al frente de la organización sin fines de lucro Brownie Blondie Foundation, dedicada al rescate y rehabilitación de perros, “esta fue una gran oportunidad para dedicarle el tiempo que require desarrollar un proyecto paralelo al que tenemos con la fundación. Queremos crear una clínica veterinaria a bajo costo y el CPE fue clave en el proceso de formalizar la idea y trabajar un plan de negocios”.
En el caso de Daniela Etchevers, propietaria de Manzana Studio, quien lleva 9 años como empresaria, lo principal de este proceso fue “darme cuenta que ser dueña de negocio no tiene porqué ser un proceso solitario, sino que es importante que en momentos como estos tengamos la apertura de recibir la información y herramientas que necesitamos para coger el impulso y seguir con más fuerzas”.
Otros valientes que decidieron aventurarse al mundo empresarial en medio de esta situación fueron Carlos Eduardo y Leila Torres, un matrimonio que decidió dejar su vida en Nueva York para desarrollar Vive la Van; un concepto innovador de alojamiento en cuatro ruedas que le permite al usuario explorar la Isla mientras disfrutan de las comodidades que se encuentra en una habitación de hotel. “Vive la Van surgió en noviembre de 2019 pero gracias a la ayuda que recibimos del CPE pudimos estructurar y organizar la empresa, sobre todo en estos tiempos complicados, además de que nos compartieron las otras alternativas y ayudas que se pueden conseguir en el ecosistema empresarial de Puerto Rico”.
El apoyo a estos emprendedores y empresarios fue posible gracias a una colaboración del CPE y ConPRmetidos, entidad que donó los fondos para que los participantes pudieran recibir la asistencia libre de costo. Del mismo modo, la Fundación Popular otorgó una aportación para hacer estos programas de apoyo una realidad. Para Mili Landrón, directora de operaciones de ConPRmetidos, “la cualidad más grande que puede tener una organización es la capacidad de adaptarse a los tiempos que estamos viviendo sin perder de enfoque su misión, y me siento orgullosa de lo rápido que pudimos identificar los puntos de sinergía entre el CPE y nosotros para apoyar a los emprendedores y empresarios que más lo necesitaban”.
Además de la mentoría o capacitación que recibieron muchos de los participante del CPE, también la organización sin fines de lucro ayudó a muchos emprendedores y empresarios con la gestión de financiamiento o donativos que totalizaron más de $205,000 para este año. “Ver que tantas personas están buscando nuevas alternativas para reinventarse es una gran inspiración para nosotros como organización, sin embargo hace falta más apoyo y programas a nivel gubernamental para que podamos tener un alcance mucho mayor”, concluyó la directora ejecutiva del CPE.
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